viernes, 3 de abril de 2015

El candidato, el producto que vende la política




Por: Nassib Yahya Orozco

La entrada de la comunicación, la publicidad y el marketing en la política a cada elección que pasa va cobrando mayor presencia e importancia. La nueva estrategia en la cual han entrado los aspirantes de los partidos gubernamentales, es invertir enormes cantidades de efectivo en las más renombradas agencias o los mas prestigiosos "gurús" de la comunicación y publicidad para posicionar a sus candidatos como la mejor alternativa para ocupar un puesto en el gobierno; en pocas palabras posicionar su producto ante el cliente. 

¿Porqué decimos que un candidato es un producto?

Existe un personaje llamado "candidato" al cual se le tiene que posicionar en un breve periodo de tiempo(entendamos esto como todo el tiempo en el que se desarrolla la campaña electoral)  en la mente del mayor número posible de “consumidores”(convertirlo en una lovemark para los electores). La única diferencia con un campaña fuera de la política, seria el objetivo, en esta campaña se trata de convencer al electorado a comprar la propuesta política que se ofrece,  y que la elija entre todas los demás.


Pero ante esto surgen diversas dudas como: ¿Cuál es el producto real en una campañas política? ¿El candidato?, ¿El partido?. ¿O las propuestas de campaña? 
En cierta forma podrían parecer productos diferentes y en la mayoría de las ocasiones se piensa que todas estas estrategias van encaminadas a vender al candidato, pero se está en un grave error. Las campañas políticas no son como hace 40 años, ahora son multidireccionales; se vende la idea, el partido y la persona.

Por ejemplo, cuando Andres Manuel López Obrador se lanzara para contender como presidente en el  2006, las personas no solo compraban al candidato, compraron una idea e incluso a un partido político. Dicho sea de paso, una muy buena estrategia comunicacional, pues a pesar de que no ganó la presidencia, aun hoy, 10 años después se sigue comprando su ideología, su persona como una figura presidenciable y ahora preside un partido político.

Podemos poner otro ejemplo como el del candidato a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump. El cual basa su polémica estrategia política en despertar el sentimentalismo y nacionalismo del americano promedio. Enalteciendo el los sentimientos sociales ocultos el clásico cliché "gringo", muy señalado, muy criticado, pero, desgraciadamente extremadamente efectivo.

¿Qué sucede? 

Ambas campaña fueron dirigidas como mencionamos de manera multidireccional, el electorado compró una propuesta afin a sus necesidades, dirigida por un candidato que las representaba y un partido apoyándolas, enalteciendo lo sentimientos nacionales o de enojo contra el gobierno en turno.
Hoy en día una estrategia electoral requiere lo mismo que cualquier marca, dar más al consumidor. Los consumidores no son los mismo de hace años, los cuales compraban todo por verlo en la televisión, en esta época exigen más aparte de el producto ofrecido, un valor único que los haga superiores a la competencia. Por que debo escogerte a ti y no a el, qué me das diferente.
Se pueden tener grandes  herramientas, los mejores spots televisivos, una gran estrategia de campaña, pero sí no se entiende la importancia de una campaña multidireccional mas cerca se está del fracaso. Al realizar una campaña en diferentes direcciones se estará a un paso adelante para satisfacer las necesidades del electorado y responder sus preguntas al momento de votar ¿Será un buen candidato/a o es otro/a más que miente?  ¿Es alguien que defiende sus valores la honestidad ante todo?. 

¿Defenderá mis intereses cómo lo promete? 
Los "gurús"  del  Marketing Político( No se la razón de que a toda estrategia la definan así, cuando también existe la comunicación política y la publicidad política, hay quedarle su debido lugar a cada cosa) mencionan que lo ideal en una campaña es generar un proyecto que funcionen a largo plazo en lugar de enfocarse en simples campañas al "vapor" en las cuales se engaña al electorado con una "bonita envoltura" y lo único que logran es perder la credibilidad al final. 

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