Fuente: www.grupoanton.es/ntn/2016/06/16/el-big-data-en-la-publicidad/
El Big Data es un concepto que está en auge desde hace un par de años, y suele ser tan extenso que en ocasiones nos perdemos en él, pero en palabras llanas podríamos definir este término anglosajón como la gestión y análisis de enormes volúmenes de datos que no pueden ser tratados por los softwares tradicionales, ya que superan los límites y capacidades de dichas herramientas de captura, gestión y procesamiento de datos. Esta recopilación de datos se ha dado desde siempre, lo que pasa es que ahora se “ha democratizado el acceso a esos datos. Antes quien tenía la información tenía el poder, ahora intentamos democratizar el acceso a esa información” afirma Marco Bressan, jefe de análisis de datos de BBVA.
Su objetivo primordial se basa en convertir los datos en información que facilite la toma de decisiones a tiempo real. Las empresas, en general, ya están utilizando el Big Data para entender el perfil, las necesidades y las demandas de sus clientes en base a sus productos y/o servicios. Esto toma especial importancia cuando la empresa pretende interactuar con sus clientes o públicos potenciales.
Esta gestión de datos también les permite estudiar y mejorar los distintos productos y servicios, y conocer con mayor continuidad la evolución del mercado y los consumidores.
Algunos vaticinan la muerte de la creatividad a manos de los datos, pero esto no es totalmente cierto, ya que conocer detalladamente al público objetivo, sus preferencias, hábitos y costumbres es una gran ayuda para el trabajo estratégico y creativo, y de esta forma, poder afinar más en los mensajes y medios en los cuales interactuar.
A partir de ahí se “ha evolucionado al perfil mixto marketiniano y analítico” como afirma el Publicista. Los actores que intervienen en el proceso de creación y difusión de una campaña de publicidad ya no tienen solamente su función tradicional, si no que han adquirido nuevas capacidades analíticas para adaptarse al tratamiento de datos que el Big Data les proporciona. Esto sucede con el fin de adaptarse mejor a la evolución de la publicidad, mucho más segmentada y con mensajes más personalizados hacia el cliente final.
También hay que considerar que “no se trata de almacenar gran cantidad de información, si no de ser lo suficientemente creativo como para generar negocio con ella”. Es decir, lo que importa es la calidad, no la cantidad de toda la información que procesamos.
Estos son las 4 preguntas más importantes que tenemos que hacernos cuando recibimos esos datos:
- ¿Cuál es la meta a la que queremos llegar?
- ¿Cuáles son nuestros objetivos?
- ¿Cuál es el mensaje con el que pretendemos llegar a nuestro target?
- ¿Cuál es el medio más adecuado para llegar a nuestro público?
Si tratamos estos datos, analizados y preseleccionados anteriormente, y más tarde los elegimos en base a estas cuestiones, tendremos una publicidad más efectiva, además de obtener resultados más seguros, ya que el Big Data también es usado para medir el estado y el rendimiento de las campañas y la eficacia de los distintos medios y soportes usados en las mismas. El big data nos ayudará a corregir errores de estrategia y mejorar el resultado comercial, así como optimizar la inversión publicitaria entre los distintos medios.